miércoles, 5 de marzo de 2008
El silencio, el viento y yo
Cerré los ojos.
El olor a madera quemada y a lluvia me inundó.
Sentí un escalofrío, el viento se hacía cada vez más intenso.
Estaba oscuro, aún así, seguía en la oscuridad de mis ojos cerrados.
Respiré profundo, y el olor a madera se había intensificado.
Finalmente miré a través de la ventana. Serían las 20.00 pm. Estaba nublado, por lo que ni las estrellas ni la luna eran visibles.
Los olores se habían esfumado. Sólo quedaba el silencio, el viento y yo.
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