lunes, 19 de noviembre de 2007

Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos



A todos nos ha pasado, en uno o en otro momento de nuestras vidas. Estás tranquilamente en lo tuyo, haciendo cualquier cosa y de repente una canción, un sonido, una palabra, un gesto o incluso algo indefinible dispara un mecanismo en nuestro cerebro y recordamos.
La memoria tiene estas cosas, es caprichosa e incontrolable. De repente, vuelves a vivir una situación compartida con una persona en la que no has pensado por un tiempo, se te clava en el costado un recuerdo entrometido, doloroso, archivado en algún baúl perdido o bien vuelves a disfrutar de aquel maravilloso instante en el que todo parecía perfecto y el mundo cobraba todo su sentido.
Por supuesto, la memoria engaña: tenemos una lente incontrolable que aumenta o reduce la intensidad emocional de ese recuerdo, colorea a su capricho las zonas grises, deforma lo que pasó adaptándolo a nuestro punto de vista subjetivo o lo hace más acorde a nuestra actual visión del mundo. Y a veces es estupendo, claro, pero también recuerdas a aquella persona de tu pasado que compartió tu vida en un determinado momento y te hizo sufrir tanto. En un arrebato de protección, por un instante, desearías no haber conocido nunca a esa persona, borrarla de tu memoria, donde habita como un persistente fantasma... y a veces sufres por lo contrario, por no ser capaz de recordar con nitidez aquella otra historia que en su momento quisiste, por los motivos que sean, hacer desaparecer de tu mente y que ahora sólo puedes imaginarla. En cierto modo, los humanos somos memoria. Y no te puedes fiar siempre de ella.


No te mezcles en mis sueños



te lo pido por favor,
no te mezcles en mis sueños.
porque me hacen confundir
de lo que realmente siento.

por favor, te lo estoy pidiendo,
no te mezcles en mis sueños.
porque me hacen recordar
todo lo que por ti yo siento.

es lo único que te exijo,
no te mezcles en mis sueños.
porque no es justo que estés en los mios,
y en los tuyos yo ni aparezco.

Cómo


cómo decirte lo que siento;
si cada vez que te miro
me quedo sin aliento.

cómo explicarte lo que siento;
si cada vez que te escucho
mi mundo se convierte en silencio.

cómo decirte que te quiero;
si mi corazón se pierde
cada vez que yo te encuentro.

cómo explicarte que te quiero;
si lo único que me falta
es coraje, y no lo tengo.