jueves, 10 de mayo de 2007

Whish you were here (Pink Floyd)



So, so you think you can tell.
Heaven from hell, blue skies from pain.
Can you tell a green field from a cold steel rail?
A smile from a veil? Do you think you can tell?

And did they get you to trade your heroes for ghosts?
Hot ashes for trees? Hot air for a cool breeze?
Cold comfort for change? And did you exchange
a walk on part in the war for a lead role in a cage?

How I wish, how I wish you were here.
We`re just two lost souls swimming in a fish bowl,
year after year.
Running over the same old ground. What have we found?
The same old fears. Wish you were here.


"Wish You Were Here" es un álbum semiconceptual, en el que la banda paga tributo a Syd Barrett, quien había tenido que abandonarla a fines de los años 1960 por sus problemas mentales. Casualmente, el mismo Barrett apareció en el estudio durante la grabación de este álbum (y estaba calvo y tan gordo que en un principio nadie lo reconoció), y fue la primera vez que los miembros de la banda lo vieron en años.
Las canciones que hacen referencia a Barrett son "Shine On You Crazy Diamond", que es una suite de 9 partes dividida en dos pistas (las primeras cinco partes abren el álbum y las cuatro restantes lo cierran), y la acústica pista titular. Las otras dos canciones se refieren al éxito y a la industria discográfica ("Welcome To The Machine" y "Have A Cigar", el último cantado por Roy Harper).
"Wish You Were Here" marcó el inicio del período en el que Roger Waters comenzó a liderar al grupo. Si bien el álbum llegó al primer puesto en ventas, no alcanzó el enorme éxito del Dark Side Of The Moon.


La alegría de vivir





Hay una pregunta que
me planteo seguido:
¿Por qué los hombres
fallan en su amor?
¿Por qué es tan difícil
vivir juntos todos los días?

Creo que muchas veces nos
mentimos a nosotros mismos.
Pretendemos amar
al otro pero nos
limitamos a amarnos
a nosotros mismos,
a nuestro "YO".
Espero demasiado del otro.
El otro debe ser amable.
El otro debe ponerme por la nubes,
debe llevarme en bandeja,
no debe enfadarme, no debe reñirme.

Al menor desencanto me
siento herido en mi amor.
Pensamos demasiado poco,
o casi nada,
en lo que podemos
dar o hacer por el otro.

No digas demasiado aprisa:
"¡No me quieres!"
Al menos hasta que tú
no lo hayas dado todo.

Phil Bosmans